CASANDRA, UNA PROFETISA SIN VOZ

Escrito por SANDRA LÓPEZ

Con un artículo sobre Casandra, vamos a iniciar una sección de colaboraciones del alumnado del Departamento de Clásicas. En este caso, rompe el hielo Sandra López, alumna de Latín de 2º de bachillerato, que pese a las tareas propias de este nivel, ha encontrado un hueco para comentar la figura legendaria de Casandra.

Casandra era una joven sacerdotisa de Apolo, hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya.

Casandra para conseguir el don de la profecía concertó con Apolo un encuentro amoroso. Sin embargo, cuando obtuvo los poderes de la adivinación, rechazó el amor del dios y éste, viéndose traicionado por la joven, la maldijo, de manera que nadie creería jamás en sus predicciones. Así pues, su don se convertiría en el principio de una vida de penas y frustraciones.

El mito narra que, al nacer Casandra y hermano gemelo Heleno, se organizó una gran fiesta en el templo de Apolo. Al llegar la noche todos se fueron, olvidando a los niños en el interior del templo. Al día siguiente, se percataron del olvido y regresaron al templo a recogerlos. Estaban dormidos y dos serpientes para purificarlos les pasaban la lengua por los órganos de los sentidos. Los reyes asustaron con sus gritos a los reptiles que se retiraron, pero con su purificación concedieron los niños el don de la profecía.

Se sabe que Casandra predijo la destrucción de Troya, la muerte de Agamenón y la suya propia, pero no pudo de evitar estas desdichas, ya que la maldición de Apolo era muy poderosa. Su familia opinaba que estaba loca, por lo que la encerraron en casa, por lo que llegó a enloquecer o, quizás, simplemente era una incomprendida.

La desgracia de Casandra llega durante el saqueo de la ciudad de Troya. Áyax, hijo de Oileo, halló a Casandra guarecida bajo el altar de la diosa Atenea. Ante el acoso de Áyax, la muchacha se agarró a la sagrada estatua de la diosa y éste abusó de ella sin respetar ni el lugar ni la sagrada estatua de la diosa. Por esta acción, Poseidón dio muerte a Áyax, tras hundir su barco gracias a una tormenta en las cercanías del promontorio de las rocas Giras, allí muere ahogado.

Posteriormente, fue llevada a Micenas como concubina del rey Agamenón. Sus funestos destinos les van a unir. Agamenón ignoraba que su esposa Clitemnestra, mientras él luchaba en Troya, le había engañado con Egisto, de manera que, ya en Micenas, pide a Agamenón, su marido, que camine por encima de una alfombra de color morado, el color que simboliza a los dioses. Con esta acción sacrílega perdería la vida, a pesar de que Casandra le había informado que no lo hiciera reiteradamente. Clitemnestra y su amante Egisto asesinaron a ambos.

La leyenda nos informa que Casandra y Agamenón tuvieron gemelos: Telédamo y Pélope. Ambos también fueron matados por Egisto.

De este personaje nace el síndrome de Casandra, diagnosticado a aquella persona no es creída por nadie cuando hace predicciones de desgracias.

Las fuentes clásicas que nos hablan de Casandra las encontramos en la Ilíada y la Odisea de Homero, en Esquilo, en Eurípides y Virgilio, entre otros.

Desde Calíope agradecemos el artículo a Sandra y esperamos que se animen sus compañer@s en próximas colaboraciones.

Plurimam salutem!