AMOR, AMORIS III
De nuevo CATULO nos habla de un amor apasionado:
"Me preguntas, oh Lesbia, cuántos besos tuyos me sean suficientes, cuántos me sean demasiados. Cuan gran número de arena de Libia yace en Cirene, de laserpicio plena, entre el oráculo del ardiente Jove y el túmulo del anciano Bato; o cuantos astros nos ven, al callar la noche, enredados en amoríos; sólo esa cantidad satisfará a Catulo el loco, y demasiados serán, y afortunados, que ni contarlos podrán los curiosos ni con sus malas lenguas hechizarlos"
(Carmina, VII)
Ovidio ha sido herido de amor:
“No bien me había quejado, cuando abrió él su aljaba inmediatamente y
escogió una flecha destinada a mi perdición.
Curvó vigorosamente el sinuoso arco sobre la rodilla y dijo:
'Toma, poeta, argumento para tus versos'.
¡Desgraciado de mí! Fue certera la flecha del famoso niño.
Me abraso, y el Amor es el rey de mi corazón solitario”
(Amores, I, 1, 21-26)
Valete!
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