AGONALIA
Los antiguos romanos celebraban, ante diem quintum Idus Ianuarias, es decir, el 9 de Enero, una festividad llamada AGONALIA.
"Las agonales son celebraciones en las que se hacía un agonium, es decir, el sacrificio de un cordero (=agnus) por parte del rey y, tras la caída de la monarquía, por el Rex Sacrorum.
En las agonales de enero se honraba al dios Jano (Ianus), el dios de los principios y de los umbrales, la misma divinidad a la que se había dedicado el primer mes del año (Ianuarius, mes de Jano) tras la reforma del calendario por Numa. Este dios era tan importante que se le invocaba siempre en primer lugar en todos los ritos públicos o privados, pues, como deidad de los principios, era necesario comenzar por su nombre antes de mencionar a los demás dioses.
Además, tenía bajo su protección los umbrales (=ianua, “jamba”) de las puertas. En Roma, Jano, que solía ser representado con dos rostros (Ianus Bifrons), tenía un templo con dos puertas, una enfrente de la otra, que permanecían abiertas en tiempos de guerra (Ianus Patulcius, Jano Abierto) y sólo se cerraban cuando reinaba la paz (Ianus Clusius, Jano Cerrado), lo que no ocurría demasiado a menudo: sólo en dos ocasiones estuvieron las puertas ceradas durante la República. El emperador Octavio Augusto cerró solemnemente las puertas del templo de Jano otras tres veces más, cosa de la que se jacta en su Res Gestae.
Además de este templo, del que no se ha conservado resto alguno, existe todavía en la Urbe un edificio cúbico, semejante a un arco triunfal de cuatro puertas, dedicado a Ianus Quadrifrons en el Foro de los Bueyes (Forum Boarium). Su sacerdote era, en la monarquía, el propio rey. Al llegar la República, el Senado creó la figura del Rex Sacrorum (“rey de lo sagrado”), también llamado Rex Sacrificilis (“rey de los sacrificios”), a quien otorgó la responsabilidad del culto de Jano y, por ende, la mayor dignidad sacerdotal.
No obstante, la máxima autoridad en los asuntos religiosos no le correspondía a él, sino al Pontifex Maximus (quien, sin embargo, ocupaba sólo el quinto puesto en la dignidad sacerdotal, tras el rey de lo sagrado y los flámines de Júpiter, de Marte y de Quirino)".
En las agonales de enero se honraba al dios Jano (Ianus), el dios de los principios y de los umbrales, la misma divinidad a la que se había dedicado el primer mes del año (Ianuarius, mes de Jano) tras la reforma del calendario por Numa. Este dios era tan importante que se le invocaba siempre en primer lugar en todos los ritos públicos o privados, pues, como deidad de los principios, era necesario comenzar por su nombre antes de mencionar a los demás dioses.
Además, tenía bajo su protección los umbrales (=ianua, “jamba”) de las puertas. En Roma, Jano, que solía ser representado con dos rostros (Ianus Bifrons), tenía un templo con dos puertas, una enfrente de la otra, que permanecían abiertas en tiempos de guerra (Ianus Patulcius, Jano Abierto) y sólo se cerraban cuando reinaba la paz (Ianus Clusius, Jano Cerrado), lo que no ocurría demasiado a menudo: sólo en dos ocasiones estuvieron las puertas ceradas durante la República. El emperador Octavio Augusto cerró solemnemente las puertas del templo de Jano otras tres veces más, cosa de la que se jacta en su Res Gestae.
Además de este templo, del que no se ha conservado resto alguno, existe todavía en la Urbe un edificio cúbico, semejante a un arco triunfal de cuatro puertas, dedicado a Ianus Quadrifrons en el Foro de los Bueyes (Forum Boarium). Su sacerdote era, en la monarquía, el propio rey. Al llegar la República, el Senado creó la figura del Rex Sacrorum (“rey de lo sagrado”), también llamado Rex Sacrificilis (“rey de los sacrificios”), a quien otorgó la responsabilidad del culto de Jano y, por ende, la mayor dignidad sacerdotal.
No obstante, la máxima autoridad en los asuntos religiosos no le correspondía a él, sino al Pontifex Maximus (quien, sin embargo, ocupaba sólo el quinto puesto en la dignidad sacerdotal, tras el rey de lo sagrado y los flámines de Júpiter, de Marte y de Quirino)".
INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE LA PÁGINA PROVINCIA HISPANIA NOVAE ROMAE, de la asociación internacional Nova Roma.
Valete!
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