martes, marzo 06, 2007

MULIER-ΓΥΝΗ (II)


Este capítulo está dedicado a aquellas mujeres que entonaron su voz en lengua latina.

SULPICIA, Elegía IV, 7
Poetisa elegíaca de época de Augusto

"Al fin me llegó el amor, y es tal que ocultarlo por pudor,
antes que desnudarlo a alguien, peor reputación me diera.
Citerea, vencida por los ruegos de mos Camenas,
me lo trajo y lo colocó en mi regazo.
Cumplió sus promesas Venus: que cuente mis alegrías
quien diga que no las tuvo propias.
Yo no querría confiar nada a tablillas selladas,
para que nadie antes que mi amor lo lea,
pero me encanta obrar contra la norma, fingir por el qué dirán
m
e enoja: fuimos la una digna del otro, que digan eso"

Elegía IV, 11

“¿Tienes, Cerinto, una devota preocupación por tu chica,
porque ahora la fiebre maltrata mi cuerpo cansado?
¡Ay!, yo no desearía librarme de la penosa enfermedad,
si no creyera que tú también lo quieres.
Pero, ¿de qué me valdría librarme de la enfermedad, si tú
puedes sobrellevar mis males con corazón indiferente”.

Elegía IV, 12

“Para ti no sea yo, luz mía, un ansia tan ardiente
como parece que fui hace algunos días;
si alguna falta cometí, tonta en mi exceso de juventud,
de la que confieso que me arrepiento más,
es haberte dejado solo ayer por la noche

deseando disimular mi ardiente pasión”.

ACONIA FABIA PAULINA

(Epitafio de Paulina a su marido Agorio. Base de mármol del Museo del Capitolio)

“El lustre de mis padres nada más grande me dio
que parecer ya entonces digna de tenerte por marido,
pero toda mi gloria y honor reside en el nombre de mi esposo, Agorio; tú que, nacido de insigne familia,
das brilllo a tu patria, al senado y a tu esposa,
por tu rectitud de pensamiento, tu carácter y tus estudios,
con los que has alcanzado las cumbres más altas de la virtud.
Pues tú,lo que en las dos lenguas ha creado
la solicitud de los sabios, a quienes está abierta la puerta del cielo,
ya sean versos que compusieron expertos poetas,
ya obras redactadas en prosa,
los mejoras en comparación con los originales por ti leidos.
Mas estas son nimiedades: tú, piadoso iniciado, cuanto has descubierto
en los sagrados misterios, lo conservas en el arcano de tu mente,
y, conociéndolas bien, veneras las múltiples potencias de los dioses,
uniendo bondadosamente a tu esposa como colega en los ritos,
confidente de hombres y dioses, y fiel para contigo.
¿Para qué voy a hablar ahora de tus cargos y poderes,
y de los deleites que apetecen los hombres en sus ruegos?[...]

Las madres de la ciudad de Rómulo me toman por modelo,
y consideran hermosos a sus hijos, si se parecen a los tuyos.
Ora los hombres, ora las mujeres, desean y aprueban
los honores que tú, maestro mío, me diste.
perdido ahora todo esto, me consumo, esposa abatida;
Feliz sería, si los dioses me hubieran concedido
que mi marido me sobreviviera; pero feliz a fin de cuentas, porque tuya
soy, he sido y seré al punto después de mi muerte”.

Además de estas escritoras romanas, nos ha llegado el nombre de otras muchas, cuyas obras se han perdido, pero que, gracias a referencias de otros autores, sabemos de su existencia. Mujeres romanas como MESIA, CLODIA, FULVIA, AGRIPINA, HOSTIA, HORTENSIA, TERENCIA, TULIA, LIVIA DRUSILA,...

Valete!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida de la mujer de una época a otra ha cambiado mucho.La vida de las mujeres de la antigüedad estaba llena de esclavitud y de órdenes, ya que no tenían ningún poder sobre los hombres.
La vida de la mujer actual es diferente ya que tienen los mismos derechos que los hombres y las mismas posibilidades de conseguir trabajo y vivir sin dominio.
Jose desde de Benicasim

Charo Marco dijo...

José, muchas gracias por tu comentario. Menos mal que las cosas para la mujer han cambiado. Lo lamentable es que en algunos países actuales las mujeres continúan en segundo plano frente a los hombres y es necesario que eso no ocurra en nuestros días.

Saludos a Benicàssim.