miércoles, noviembre 08, 2006

MUNDUS PATET

Ante diem sextum Idus Novembres, 8 de noviembre constituía una fecha importante entre los romanos, pues se festejaba, de nuevo, Mundus Patet, "el mundo está abierto", en el que se rememoraba el tercer día en el que estaba abierta la puerta de los Infiernos que comunicaba el mundo subterráneo de los muertos con el de los vivos.

Esta puerta permanecía siempre cerrada, excepto el 24 de Agosto, el 5 de Octubre y el 8 de Noviembre.

El origen de esta festividad ha sido investigado y varias son las teorías sobre el mismo. Una de ellas, acuñada por Warde Fowler, afirma que esta fiesta tendría su origen en la costumbre etrusca, que posteriormente adquirieron los romanos, de enterrar en un hoyo, tapado por una piedra, una semilla en el momento de realizar la fundación de una ciudad. Este enterramiento representaría un símbolo de fertilidad y de abastecimiento seguro para la ciudad y constituiría un tesoro sagrado.

La teoría afirma que ese hoyo fundacional en el que ofrendaban semillas, perdió con el tiempo su función agrícola originaria para simbolizar la apertura al mundo subterráneo.
El ritual de enterramiento de ofrendas fue practicado también en el mundo griego en la fiesta de las Tesmoforias (ΘΕΣΜΟΦΟΡΙΑ), celebración en honor a Demeter y Perséfone. En el primer día de las Tesmoforias se celebraba el Ánodos ("subida"), que consistía en ascender a la colina Pnix, frente a la Acrópolis, donde se encontraba el templo Tesmoforio, para recoger las ofrendas enterradas cuatro meses antes y mezclarlas con semillas nuevas. Esta unión se esparcía por los campos como símbolo de renovación y fecundidad.

W Warder F. respalda su teoría comentando la utilización de este ritual en la fundación de varias ciudades, como Perú o México.
Independientemente del origen de la fiesta Mundus Patet, lo cierto es que para los antiguos era muy importante cuidar de ese abismo en el que habitaban sus seres más queridos.

Acabaremos con un texto de Tito Livio en el que nos narra la leyenda sobre la muerte de Marco Curcio tras lanzarse al abismo para salvar a sus compatriotas:

“El mismo año, debido a un temblor de tierra o a alguna otra causa violenta se hundió, según dicen, el foro casi en el centro con un gran socavón de enorme profundidad; y no se pudo rellenar aquella la sima echando tierra, que cada uno por su cuenta traía, hasta que, por aviso de los dioses, se comenzó a buscar «lo que constituía la mayor la fuerza del pueblo romano»; esto era, en efecto, lo que había que sacrificar en aquel lugar, según vaticinaban los adivinos, si se quería la perpetuidad de la república romana. Entonces, Marco Curcio, joven distinguido en la guerra, dicen que reprendió a los que ponían en duda que hubiese algún bien romano superior a las armas y el valor; cuando se guardó silencio, fijando la vista en los templos de los dioses inmortales que dominan el foro, y en el Capi­tolio, y tendiendo las manos en dirección ya al cielo ya a la sima abierta en tierra hacia los dioses manes, se ofreció a sí mismo en sacrificio; después, montado en un caballo engalanado con la mayor magnificencia, se precipitó con sus armas en la hendidura, y una multitud de hombres y muje­res depositaron sobre él un montón de ofrendas y frutos; y el lago Curcio recibió el apelativo no de aquel antiguo sol­dado de Tito Tacio, Curcio Metio, sino de éste. Yo no hubiera ahorrado esfuerzos, si hubiese algún camino que llevase al investigador hasta la verdad. Pero hay que ate­nerse a la tradición, cuando la lejanía en el tiempo impide la certeza. Y el nombre del lago cobra mayor realce a partir de este relato legendario, más reciente.”
Tito Livio VII, 6


Curate ut valeatis!

1 comentario:

Charo Marco dijo...

Muy interesante tu comentario.
Cada día se aprende algo nuevo.
Besos